Me despido, con profundo pesar, de Mario Vargas Llosa. Figura emblemática de la literatura universal y defensor incansable de la libertad

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Me despido, con profundo pesar, de Mario Vargas Llosa. Figura emblemática de la literatura universal y defensor incansable de la libertad, su vida fue un testimonio del poder de la palabra y del compromiso con los valores democráticos. Me despido no solo del escritor inmenso, sino del amigo con quien compartí tantos momentos inolvidables. Mario era brillante, y su compromiso con la libertad no era una idea abstracta, sino una forma de estar en el mundo. Lo vi defenderla con la misma firmeza con la que escribía, con esa lucidez que tanto admiramos.

Recuerdo el día en que recibió el IV Premio FAES de la Libertad, un reconocimiento justo para quien nunca dejó de alzar la voz contra el totalitarismo y a favor de la democracia. Mario amaba a España, la sentía suya, como tantas otras patrias del alma que habitó. Hoy se va una parte de mi historia, pero su legado queda. Seguiré encontrándome con él en sus libros, en nuestras memorias compartidas y en cada acto que honre la libertad. Gracias, Mario.