Si queremos mejorar nuestro crecimiento, nuestra prosperidad y tener más oportunidades para todos, especialmente para los jóvenes, tenemos que volver a la disciplina y a la normalidad.
Una economía sin reglas es una economía condenada al fracaso.
Cuando España ha tenido éxito es cuando hemos sido disciplinados y hemos respetado las reglas. Cuando hemos tenido poco endeudamiento, poco déficit y menos impuestos.
Esos son los elementos esenciales para la recuperación de un país y eso es lo que España necesita.